lunes, 10 de diciembre de 2012

CAPITULO 5: Aun mas confundida.

-Mucho mejor ahora que estas aquí- vi como su sonrisa se agrandaba-. ¿Te duele?

-Ya no, ¿y a ti?

-No, no mucho. Debo de parecer patética por desmayarme.

-No, ni un poquito, ¡No me dejaban pasar! ¡Me amenazaron con atarme a la cama!- me reí un poco-. No debiste haberlo hecho.

-Peeta...

-¡No!, ni Peeta ni leches Katniss, no debiste y punto.

-¡Tu no habías hecho nada! ¡ Acabarían matándote!

-¡Y han estado a punto de matarte a ti! ¡Te han puesto una pistola en la cabeza!

-¡Ni que fuese la primera vez que estoy en peligro de muerte!

-¡Lo mismo te digo!

-Prefiero morir yo de un tiro en la cabeza que que tu mueras a latigazos-confesé en un susurro.

-Katniss.

-No Peeta, hablo en serio, me costó mucho mantenerte con vida en la arena, si no llegan a cambiar esa regla... hubieras muerto en... ¿cuanto? ¿un par de días?- <<menos>> oigo murmurar a mi madre-. Aun sigo pagando el truquito de las vallas- Mierda... bocazas. Que no pregunte que no pregunte.

-¿Como que aun lo sigues pagando?- mierda.

-Esa mañana  el presidente Snow bino a hacerme una visita.

-¿Pensabas contármelo?- me pregunto sabiendo perfectamente que no.

-No, se me ha escapado.

-¿Que te dijo?

-Hay revueltas en otros distritos porque lo consideraron un acto de rebeldía.

-Entonces ya se a que vino lo del cómplice de robo... un mensaje.

-Por mi culpa...-susurre, aun me preguntaba por que habían cogido a Peeta, quiero decir, le he cogido cierto cariño, eso esta claro, y ahí algo mas que no se exactamente que es, algo fuerte, pero sigo sin saber por que le han cogido a el. Hay otras personas de las que tengo muy claro lo que siento por ellas. 

Lo único que sabía en que ahora se había despertado algo nuevo en mi, una nueva llama, la de la venganza.

¿No le habían hecho sufrir ya lo suficiente? Le enviaron a los Juegos donde perdió la pierna y parte de lo que era, igual que todos los que van allí, con cada vida que quitas pierdes algo de ti, y mi actuación no sirvió demasiado para que su dolor fuese menor. En conclusión:  llego a casa con una pierna menos, recuerdos horribles e inolvidables que nos perseguirán a ambos de por vida en pesadillas y con el corazón roto. ¿Por que no le dejaban en paz? Que la tomen con migo, solo con migo, seria feliz muriendo lenta y dolorosamente con tal de que el y mi familia no tuviesen que sufrir mas daño.

Los ojos se me empezaron a llenar de lagrimas y tuve un impuso de saltar de la cama a sus brazos pero me contuve a sabiendas de que ese acto nos probocaria dolor a ambos.

-No fue tu culpa, yo lo acepte ¿recuerdas?, te apoye en eso.

-Fue idea mía, no podía soportar lo que hicieron, dijeron que podríamos salir los dos. ¡Jugaron con nosotros!. No podía permitirlo, no podía permitir que murieses desangrado. No me lo hubiera perdonado nunca.

-Estaba dispuesto ha hacerlo.

-Lo sé

No hay comentarios:

Publicar un comentario