domingo, 16 de diciembre de 2012

CAPITULO 6: La arena

-Jugaron con nosotros, no podía permitir que murieses desangrado ¡No podía!  No me lo hubiese perdonado nunca.

-Esta dispuesto ha hacerlo.

-Lo sé- y eso era lo que mas me dolía  el todavía no había puesto un pie en la arena y ya estaba dispuesto a morir por mi, por que yo saliese con vida ¿por que? Estaba enamorado, si, ¿y que? Que simplemente me hubiese evitado y hubiese dejado que otros me mataran, que hubiese llorado por mi y que hubiese vuelto a casa y se hubiese vuelto a enamorar de otra persona en vez de unirse a los profesionales para poder alejarlos de mi, sin mucho éxito, tenia que saberlo.

-¿Por que lo hiciste?

-¿El que?

-Lo de la arena.

-¿El que?

-Lo de unirte a los profesionales, lo de volver después de que te lance una colmena de rastreavispulas cabreadas a la cabeza para darme la oportunidad de huir y lo de quitarte el torniquete al final de los juegos ¿por que?

-No podía permitir que murieses.

-¿Y te presentaste voluntario al suicidio?

-Si, si era la única forma de sacarte con vida.

-¿Por que? No lo merezco.

-No tienes ni idea del efecto que causas en los demás Katniss.

-No paras de repetírmelo. ¿Por que?

-Porque en mi cabeza no entraba la idea de una vida sin ti y aun menos sabiendo que pude haberlo impedido. Porque la razón por la que me levanto todas las mañanas es por que se que salimos de ahí,  que saliste de ahí, que si hubiese vuelto yo en vez de tu hubiera buscado la forma de reunirme contigo.

-Peeta... quita esas ideas enfermizas de tu cabeza, ¿entendido?

El solo asintió y se acercó mas a mi, tanto que sentía su respiración en mi cara, cosa que me hizo estremecer. Comenzó a acariciarme el brazo y noté como mis parpados pesaba cada vez mas hasta que me quedé dormida sintiendo las caricias de Peeta y su respiración en mi cara. No tuve pesadillas.




lunes, 10 de diciembre de 2012

CAPITULO 5: Aun mas confundida.

-Mucho mejor ahora que estas aquí- vi como su sonrisa se agrandaba-. ¿Te duele?

-Ya no, ¿y a ti?

-No, no mucho. Debo de parecer patética por desmayarme.

-No, ni un poquito, ¡No me dejaban pasar! ¡Me amenazaron con atarme a la cama!- me reí un poco-. No debiste haberlo hecho.

-Peeta...

-¡No!, ni Peeta ni leches Katniss, no debiste y punto.

-¡Tu no habías hecho nada! ¡ Acabarían matándote!

-¡Y han estado a punto de matarte a ti! ¡Te han puesto una pistola en la cabeza!

-¡Ni que fuese la primera vez que estoy en peligro de muerte!

-¡Lo mismo te digo!

-Prefiero morir yo de un tiro en la cabeza que que tu mueras a latigazos-confesé en un susurro.

-Katniss.

-No Peeta, hablo en serio, me costó mucho mantenerte con vida en la arena, si no llegan a cambiar esa regla... hubieras muerto en... ¿cuanto? ¿un par de días?- <<menos>> oigo murmurar a mi madre-. Aun sigo pagando el truquito de las vallas- Mierda... bocazas. Que no pregunte que no pregunte.

-¿Como que aun lo sigues pagando?- mierda.

-Esa mañana  el presidente Snow bino a hacerme una visita.

-¿Pensabas contármelo?- me pregunto sabiendo perfectamente que no.

-No, se me ha escapado.

-¿Que te dijo?

-Hay revueltas en otros distritos porque lo consideraron un acto de rebeldía.

-Entonces ya se a que vino lo del cómplice de robo... un mensaje.

-Por mi culpa...-susurre, aun me preguntaba por que habían cogido a Peeta, quiero decir, le he cogido cierto cariño, eso esta claro, y ahí algo mas que no se exactamente que es, algo fuerte, pero sigo sin saber por que le han cogido a el. Hay otras personas de las que tengo muy claro lo que siento por ellas. 

Lo único que sabía en que ahora se había despertado algo nuevo en mi, una nueva llama, la de la venganza.

¿No le habían hecho sufrir ya lo suficiente? Le enviaron a los Juegos donde perdió la pierna y parte de lo que era, igual que todos los que van allí, con cada vida que quitas pierdes algo de ti, y mi actuación no sirvió demasiado para que su dolor fuese menor. En conclusión:  llego a casa con una pierna menos, recuerdos horribles e inolvidables que nos perseguirán a ambos de por vida en pesadillas y con el corazón roto. ¿Por que no le dejaban en paz? Que la tomen con migo, solo con migo, seria feliz muriendo lenta y dolorosamente con tal de que el y mi familia no tuviesen que sufrir mas daño.

Los ojos se me empezaron a llenar de lagrimas y tuve un impuso de saltar de la cama a sus brazos pero me contuve a sabiendas de que ese acto nos probocaria dolor a ambos.

-No fue tu culpa, yo lo acepte ¿recuerdas?, te apoye en eso.

-Fue idea mía, no podía soportar lo que hicieron, dijeron que podríamos salir los dos. ¡Jugaron con nosotros!. No podía permitirlo, no podía permitir que murieses desangrado. No me lo hubiera perdonado nunca.

-Estaba dispuesto ha hacerlo.

-Lo sé

martes, 4 de diciembre de 2012

CAPITULO 4: verdad.

Nada mas escuchar ese grito supe que no había marcha atrás, supuse que la sangre habría traspasado la ropa y seguramente tendría la espalda ensangrentada.

-Mamá- la escuche decir y yo no pude mas, a la mierda, ya se sabia, le deje caer sobre la pared para evitar caer al suelo.

-¡Katniss!

-No es nada mama, solo estoy un poco aturdida, ocúpate de el, yo me voy a sentarme al salón.

-Déjame ver tu espalda.

-Estoy bien  mamá, yo me lo he buscado ¿vale?. Ahora voy a abajo y cuando acabes con el me miras la espalda- dije bajando las escaleras. En cuanto llegue a abajo no pude mas y me desmalle.



Cuando desperté estaba en una de las habitaciones de mi casa, boca abajo y con la espalda al aire, ya no me dolía, no sabia si por medicinas o por el tiempo que llevaba inconsciente... que por cierto... ¿cuanto era?. Mire a mi alrededor y vi a Gale y a Prim, que se habían acercado al darse cuenta de que había abierto los ojos.

-¿Estas bien?

-¿Cuanto tiempo llevo inconsciente?

-Tres días, nos tienes a todos subiéndonos por las paredes. Tu espalda parece estar mejor.

-¿Como esta Peeta?

-Gritando a diestro y siniestro que quiere verte y que no se lo podemos impedir- dijo Prim.

-¿Y su espalda?

-Casi recuperada, como la tuya, esta abajo, en el salón. En un par de días se ira a su casa.

-Primero que te vea mamá. Haynitch ha bajado a avisar de que te has despertado, en seguida subirá. Y tengo la sensación de que Peeta también.

Pronto se abrió la puerta y en efecto, mi madre entro seguida de Peeta al poco rato, que trajo una silla al lado la cama y se sentó ene ella junto a mi cabeza. Me cogió la mano y me miró como hace mucho que no lo hacía, como en lo cueva de los juegos. Ya no había rencor en ellos.

-Gracias- me dijo en un susurro junto a mi oído  cuanto extrañaba su cercanía  su voz, sus ojos azules llenos de amor, su voz y ese olor a pan recién hecho. Yo negué con la cabeza y apreté un poco su mano.

-¿Como estas?

-Bien, me tenias preocupado. ¿Que tal estas tu?

-Mucho mejor ahora que estas aqui.